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jueves, 15 de diciembre de 2011

¿AMOR O DESEO? Cap. 12

Clara, tras la conversación con Cris, no paraba de darle vueltas a su última respuesta... sería todo tan perfecto si su dulce anónimo y Fran fuesen la misma persona...
Pasó toda la noche sin dormir, pensando si habría respuesta a su carta.
 

-Buenos días señorita Clara, le vamos a realizar unos análisis para controlar esa anemia.
-¿Van a pincharme?
-Si, pero no será nada.
-No, por favor, no... señorita no lo haga...
Mientras que la enfermera se dio la vuelta para preparar la aguja Clara saltó de la cama y salió corriendo.
-¡Corre Clar! ¡Huye! Jajaja- Cris se descojonaba de risa en su cama.
Clara corría por los pasillos como una niña pequeña, y tras ella, la enfermera.
La enfermera se topó con el doctor Javier.
-¿Pero se puede saber qué está pasando aquí?
-Pues la paciente de la 330, que se niega a sacarse sangre.
-Esa Cris... nos va a volver locos a todos...
-No señor, no es Cris, es la nueva.
-¿Clara?
-Sí.
Javier arqueó las cejas.
-Déjelo en mis manos, yo me encargo.
Javier fue tras Clara, que se había escondido en la sala de lavandería, con un plan.
-Clara... sal de donde estés... te he visto entrar aqui...
-¡No, me niego!
Javier no pudo evitar sonreír.
-Vaaaamos, no seas miedica, solo es un pinchacito... ni te enterarás te lo prometo.
-¡No!
-Si dejas que te haga el análisis te invito a cenar, ¿Qué te parece?
En ese momento Clara se lo pensó, le vendría bien distraerse y olvidarse de Fran y de su dulce anónimo por un tiempo.
Una cabecita se asomó entre las montañas de sábanas.
-Solo si elijo yo el restaurante.
La sonrisa de Javier se convirtió en carcajadas al verle.
-Esta bien pero ven aquí.
-No te rías...
Clara se acercó a él con cara de niña asustada.
-Pero que carita me tienes... así da pena pincharte.
-A nena no guta aguja... pupita...sinf, snif- Dijo Clara imitando a una niña pequeña.
-Supongo que querrás tumbarte para que te pinche ¿No?
-No es que quiera... lo necesito.
Los dos caminaron hacia la habitación 330.
-OH Clar, no has podido escapar...
-Pues no Cris... me han capturado...

La complicidad que había nacido entre ellas era increíble.
¿Cómo podían congeniar tanto en tan poco tiempo?

Clara se tumbó y Javier, con mucha delicadeza, le hizo el análisis.
-¿Te dolió?
-Sí, y mucho.
-Eres una quejica...
-Por cierto... necesito que me de el papel de la baja médica, para presentarlo en el trabajo.
-No te preocupes, yo me encargo.
-Gracias, y no olvides que me debe una cena.
-No me olvido.
Javier se fue, pues tenía que seguir atendiendo a sus pacientes.

-¡¡¡No me lo puedo creer!!!
-¿Qué pasa?
-¡¡¡¡El médico macizo te ha invitado a cenar!!!!
-jajajajaja ¿Tanto te gusta?
-Puff… me encanta.
-¿No es demasiado mayor para ti?
-Si yo te contara…

Cris se entristeció y dos brillantes lágrimas se deslizaron por sus mejillas.

-¿Qué te pasa?
-No es nada…

Clara se acercó a ella con el rostro aun pálido por el pinchazo.

-Puedes contar conmigo… hay algo que no me contaste anoche ¿verdad?
-Sí… pero no le cuentes nada a mi madre… te lo suplico.
-Mis labios están sellados.
-Pues… verás… tengo novio… aunque mi familia piensa que no estoy con él…
-¿Y por qué lo ocultas?
-Pues… porque es de color… y eso no les hace gracia.
-Qué asco de racismo…
-Espera… aun hay más… tiene 28 años.
-¡¡¡Hay omá!!!!
-Mi familia  piensa que él se quiera aprovechar de mí, pero eso no es así, él me quiere, me lo demuestra cada segundo que paso a su lado, pero ellos no lo entienden.
-Bueno… comprende que tienen miedo de que te haga daño.
-Llevamos juntos dos años, de haber querido hacerme daño… ¿No crees que si quisiera hacerme daño, o aprovecharse de mi… ya lo habría hecho?
-Bueno… visto así… tienes razón.
-No te puedes imaginar lo dulce que es conmigo, pero le extraño tanto… desde que estoy aquí no he podido hablar con él, mi madre me ha quitado el móvil y solo puedo llamarlo desde el teléfono público que hay en el pasillo, pero muy de vez en cuando.

Clara se fue a por su móvil.

-Toma, llámale.
-¿De verdad?
-Sí.

Cogió el teléfono y marcó el número, se lo sabía de memoria.
-¿Si?
-¿Mohamed?
-Sí, ¿Cris, eres tú?
-Te necesito.
-Quiero ir a verte, ya no aguanto más tiempo sin ti, por favor, déjame ir.
-Sabes que si mi madre te encuentra aquí  nos mata a los dos.
-Necesito volver a besarte, necesito volver a tenerte entre mis brazos…
-Aguanta mi vida, ya falta poco.

En ese momento se escuchó la voz de la madre de Cris, que hablaba con el doctor Javier en el pasillo.

-Mi vida tengo que colgar, te amo, no lo olvides.
-Y yo a ti mi pequeño ángel.

Cris colgó y le devolvió el móvil a Clara.

-Se te ve completamente enamorada… es tan tierno.

Javier y la madre de Cris entraron en la habitación.
-Clara, aquí tienes tu baja.
-Gracias.

Se dirigió hacia Cris y su rostro expresaba seriedad.

-Cris… ¿Recuerdas las últimas pruebas que te hicimos para saber si el tumor había desaparecido?
-Sí.
-Pues siento decirte que tengo malas noticias, habrá que volver a operar.
-¡¡¡No!!! Otra vez no, no aguanto más tiempo aquí.
-Tranquila, eres joven y esta vez es muy pequeño, casi ni te enterarás.
-Eso me dijisteis la otra vez.
-Solo puedo decirte que seas fuerte y que lo afrontes con optimismo, de esta forma todo pasará mejor.

Javier salió de la habitación y todo se quedó en silencio, un silencio que solo se rompió cuando Clara llamó a Fran.

-Hola, te llamaba para decirte que  ya tengo el papel de la baja, para que vinieses a por él.
-Hola, pero déjame hablar cotorra, ¿Cómo estás?
-Esta mañana me han sacado sangre y casi me muero.
-Exagerada…
-No te lo creas eeaa.
-Dime, ¿En que hospital estás?
-En el Virgen del Rocío, en la 330.
-OK, voy volando.
-Hasta ahora.

La madre de Cris se había ido a por un café.

-Ey, ánimo, ya verás como todo pasa rápido, y yo estaré a tu lado.
-A ti te darán el alta en unos días.
-Pero puedo venir a verte ¿no?
-Clar…
-Dime.
-Me encantas.
-Y tú a mí, además has hecho que me de cuenta de que me hace falta gente como tú en mi vida.
-¿Por qué dices eso?
-Pues llegas a un punto en tu vida en el que te das cuenta que los que crees amigos de toda la vida no son nada, solo te puedes quedar con pocas personas, esas que, aunque te duela lo que dicen, nunca puedes enfadarte con ellos, que parecen que nunca están, pero que en el fondo, cuando más los necesitas aparecen como por arte de magia.
-Que bonito.
-Y tú me has demostrado que no es necesario conocerse desde la infancia para ser alguien especial en la vida de otra persona, y aunque te conocí ayer, sé que no me equivoco contigo.

Cris la abrazó con todas sus fuerzas y, una vez más rompió a llorar.

-Ey, no llores.
-Lo que me has dicho es muy bonito.

-toc-toc ¿Se puede?

 Fran entró en la habitación, llevaba una gerbera fucsia.

-¡Fran! Que rápido has llegado.
-¿Cómo estás?
-Igual que cuando he hablado contigo.
-Siento mucho lo que pasó de verdad.
-No pasa nada, los dos perdimos los papeles.
-Ten, creo que es tu flor favorita ¿No?
-¿Co-cómo lo sabes?
Clara tuvo un flash, recordó el ramo de flores que le envió su dulce anónimo.
-Yo… creo que me lo dijiste tú ¿no?
-No.
-Hola, hola…
Javier entró en la habitación con un ramo de flores.
-Javier… que sorpresa…
-Ya me iba a casa y quería traerte un detalle, no olvides la cena.
-Gracias.
-Parece que alguien se me ha adelantado en la floristería- Dijo menospreciando el regalo de Fran.
-Hasta te has molestado en traer un jarrón, gracias.
Clara cogió la gerbera y la puso también en el jarrón.
-Gracias a los dos, toma la baja Fran, porque estoy viendo que se me va ha olvidar.

-Bueno yo me voy a casa, mañana a primera hora pasaré con los análisis.
-Yo también me voy.

Javier entró en su consulta para dejar su bata y Fran le siguió.
-¿Qué coño pretendes con Clara?
-¿Y  tú quién coño eres?
-Déjala en paz.
-Pues déjame en paz tú a mí.
Fran lo agarró por la camisa.
-Aléjate de ella imbécil.
-Que yo sepa cuando llegó aquí me dijo que no tenía a nadie.
-Pues mira, me tiene a mí.
-¿La quieres recuperar? ¿Con una cutre margarita?
-Esa “cutre margarita” como tú la llamas es una gerbera, y es su flor favorita.

Javier no dijo nada, colgó su bata en el perchero y se marchó.
Fran salió tras él.
Con un pensamiento dándole vueltas en la cabeza.
<<No me arrebatarás de nuevo a la mujer a la que amo>>.

domingo, 4 de diciembre de 2011

¿AMOR O DESEO? Cap. 11

Fran no sabía que hacer. Era el la ocasión idónea para contarle a Clara toda la verdad. Pero… ¿Y si se decepciona? ¿Y si al saber que soy yo comienza a odiarme por no decirle la verdad a la cara desde el primer momento? Sería un golpe demasiado fuerte para él. Prefería tener su amistad y guardar su amor en el fondo de su corazón.

-Deberías ir al hospital, yo solo te he desinfectado la herida, te la tendría que ver algún profesional.
-No te importa lo que te he dicho por lo que parece…
-No es eso, tú no lo entiendes…
-¿Qué? ¿Qué sabrás tú?  Toda tu vida encerrado, pensando en no sé qué coño, jugando con un niño pequeño.
 Fran no dijo nada, reprimió sus ganas de gritar y apretó los puños.
-Es muy fuerte, sigues sin decir nada… te digo que siento algo por ti y pasas del tema… gracias, tenía un dilema en mi cabeza, pero acabas de terminar con él.
-¿Un dilema? ¿Entre quién? ¿Entre tu dulce anónimo y yo?
-¿Cómo sabes lo de dulce anónimo? Yo nunca te he dicho que lo llamo así.

Una bocanada de frío recorrió a Fran.

-Lo supuse… por la forma en que él te llama.
-¿Por qué cada vez que intento acercarme a ti me huyes?
-¡¡Pero qué coño quieres!! Te pasas el día soñando con el otro y lo intentas conmigo, ¿Qué soy el segundo plato?
-Fran, no te reconozco…
Clara se levantó y se fue sin despedirse.

Fran no sabía el por qué de su reacción, se estaba llenando de rabia y no podía evitarlo.

Clara se dirigía al hospital, caminaba por la calle como si estuviese sonámbula. No se dio cuenta, pero su rostro estaba invadido por lágrimas.
Llegó a urgencias, se dirigió al mostrador, y sin darle tiempo a decir nada se desmayó.

-Hola… ¿Cómo te encuentras?
-¿Dónde estoy…?
-No hagas esfuerzos ni intentes levantarte, estás en el hospital, aunque quien te haya curado la herida ha hecho un buen trabajo has perdido mucha sangre y estás muy débil, lo mejor será que pases unos días aquí hasta que mejores.
-¿Cómo? Pero si estoy bien, solo ha sido un mareo…
-Ese mareo está ocasionado por la pérdida de sangre, así que no sea cabezona, am y me llamo Javier, estaré pendiente de usted mientras esté hospitalizada, aunque solo sea por un par de días.

Javier era un médico de unos 30 años,  tenía unos ojos marrones con una mirada llena de dulzura, su pelo era del mismo tono que sus ojos y llevaba un corte no muy largo, pero tampoco corto, peinado con la ralla en medio con un toque informal.

Todo fue ver a Clara en la sala de urgencias y Javier sintió algo en sus adentros. Jamás había visto tanta belleza.
-En breves momentos pasarás a planta, aquí tienes tus cosas, supongo que avisarás a tu pareja o a alguien para decirles que estás aquí.
-Yo… no tengo pareja, y mi familia no vive aquí…
-Am pues no sé… Clara ¿verdad?
-Sí.
-¿No hay nadie?
-En estos momentos no, pero no importa.
-Como quieras.

Cuando Javier escuchó las palabras de “no tengo pareja” se le dibujó una sonrisa en la cara.



Mientras tanto, Fran estaba hundido por la forma a la que había tratado a Clara, estaba intentando no perderla y lo único que consiguió fue que lo odiara. Estaba pendiente por si volvía, pero pasaban las horas y nada. Cogió el álbum que ella había olvidado y comenzó a ojearlo. Pensaba en ese día en el campo, con la sesión de fotos. Y recordando rompió a llorar como un niño pequeño. En ese momento llamaron a la puerta, ya era de noche.
-¡¡Hola!!
-¡Carlitos!
Intentó disimular sus lágrimas, pero no pudo, Carlitos es demasiado listo y se dio cuenta.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?
-Pues porque pensé que ya no vendrías y estaba triste.
-Pues no llores más que ya estoy aquí, y he venido para machacarte.
-¿Tú?
-Sí.
-¿Y cuántos más?
-¡¡¡Ataque de cosquillas!!!
-¡Arg! ¡Carlitos para!
-¿Qué es esto?
Carlitos vio el álbum.
-Que guapaaaaa…
Su cara de ilusión lo decía todo, realmente estaba enamorado de ella, a pesar de su corta edad.
-Pues sí, es preciosa.
-Pues no te hagas ilusiones que es mi novia.
-jajajajajaja vale, vale, tranquilo que no te la quito.


Clara ya estaba en su habitación, tenía de compañera a una chica joven, que habían operado de un pequeño tumor en el pecho, pero ya estaba bien y le faltaba muy poco para volver a casa. Tenía 18 años, y era una soñadora.

-Hola, soy Cris.
-Hola, yo Clara.
-¿Qué te ha pasado?
-He tenido un pequeño accidente doméstico.
Clara tenía miedo de decir la verdad.
-Jopee.
-¿Y a ti?
-Me quitaron un tumorcito del pecho, pero ya no queda nada, pronto me darán el alta. ¿No viene nadie contigo?
Clara rompió a llorar sin poder evitarlo.
-No quería hacerte llorar, lo siento.
-No pasa nada, es que creo que he perdido a alguien muy especial, a la única persona en la que podía confiar.
Cris corrió junto a Clara y la abrazó con ternura.
-Si me lo quieres contar puedes hacerlo, así te desahogas.
-Verás, te haré un resumen, alguien me envía cartas de amor los domingos por la mañana, no sé quién es, pero el caso es que estoy enamorada de él, y sí sé que es una locura, pero la cosa no queda ahí, tengo un vecino, Fran, que es un autentico amor y es súper guapo, me lo presentó un niño pequeño amigo mío y sí, también siento algo por él. Pues tras mi accidente me desmayé y él me curó, le dije lo que sentía y no respondió, me molestó y me puse histérica, ambos nos gritamos y me marché sin despedirme.
La cara de alucinación de Cris era un poema.
-¡¡¡Dios mío!!! Espero que me la cuentes con detalle, es la historia de amor más bonita que he oído nunca, me encanta, me encanta, me encanta…
-Cris… deja de molestar a la chica nueva…
-No la estoy molestando mamá, ¿Verdad Clar? ¿Te puedo llamar así?
-Claro, llámame como quieras, nunca nadie me había llamado así, pero no está mal.
En ese momento el doctor Javier entró en la habitación.
-¿Cómo están mis dos pacientes favoritas?
La madre de Cris estaba extrañada, ya no era hora de revisión y el doctor ya no llevaba su bata.
-¿Pasa algo doctor?
-No solo quería verles antes de irme a casa, y de paso desearles las buenas noches.
-Gracias doctor, buenas noches.
-Clara, puedes llamarme Javier, buenas noches a las tres, hasta mañana.
Un unísono “hasta mañana” salió de aquella habitación mientras que Javier se marchaba.
-¡¡El médico buenorro está ligando contigo!!
-¡¡Cris!!
-Aish mamá déjame, vete a casa, descansa, que ya estoy bien y no hace falta que estés aquí conmigo.
-¿Me puedo fiar de ti?
-Que siiiiiiii…
-Bueno, pues hasta mañana.
-Adiós mamá.
-Hasta mañana señora.
La madre de Cris se marchó.
-¿Por qué dices eso del doctor?
-Doctor no, Javier, y se ve de lejos que quiere ligar contigo, nunca viene a estas horas y menos sin su batín, y bueno, lo de “llámame Javier” lo deja claro, claro, clarísimo.
-¿Tu crees?
-¡Seguro!


Tras una noche de confesiones como si se conocieran de toda la vida, Clara y Cris se fueron a dormir.

A la misma hora, y tras una noche de juegos Carlitos dormía abrazado a Fran, quien no podía reprimir su tristeza. Se levantó sin despertarlo y cogió su móvil, buscó en su agenda el número de Clara y la llamó.
 Se escuchó un móvil en la habitación del hospital, Clara lo cogió, en la pantalla aparecía “Fran llamando”, no sabía si cogerlo o no. Cris salió corriendo hacia donde estaba Clara.
-¡¿A qué esperas?! ¡¡Contesta!!
Clara estaba paralizada, ardía en deseos de hablar con él, pero su orgullo luchaba contra sus ganas. Al otro lado del teléfono, Fran estaba impaciente y confuso, ¿Por qué Clara le dijo eso si se había declarado a su Dulce Anónimo por carta? ¿Por qué jugaba?
-¿Si?
-Clara, por Dios, ¿Dónde te metes? Siento muchísimo lo de antes, no quería tratarte así.
-Tranquilo, yo también tuve culpa… estoy en el hospital, me han ingresado porque cuando llegué seguía perdiendo sangre y me volví a desmayar, así que me hicieron unas pruebas y tengo que estar aquí unos días.
-Joder… ¿En qué habitación estás? En cuanto deje a Carlitos por la mañana en el colegio me pasaré a verte.
-¡No! No vengas, quiero estar sola… ya te avisaré ¿Vale? Quiero desconectar… pero… ¿me haces un favor?
-Como quieras…
-Pásate por mi trabajo y le cuentas lo ocurrido, diles que les enviaré la baja por correo exprés.
-No es necesario que lo envíes, yo lo recogeré… si no te importa…

Cris estaba escuchando y le suplicaba a Clara por señas que le dejara ir al hospital.

-Está bien… ya te avisaré, adiós…
-No, no cuelgues, espera.

Clara no le hizo caso y colgó.

-¿Cuándo va ha venir? ¿Cuándo, cuándo, cuándo?
-Aún no le he dicho nada.
-Tiene una voz preciosa.
-Sí, no me había dado cuenta… pero tienes razón.
-¿Qué pasaría si descubrieses quién es el que te escribe?
-No… No me lo había planteado…
-¿Y qué harías? ¿Fran o anónimo?
-Rezo cada noche deseando que se conviertan en la misma persona…

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Petit Ami
Soy una chica de 19 años a la que el amor no la ha tratado bien,aunque ahora hay alguien especial en mi vida.
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