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domingo, 20 de noviembre de 2011

¿AMOR O DESEO? Cap. 10

Martes, 9:00 de la mañana, Clara vuelve de llevar a Carlitos al colegio, aprovecha su nuevo puesto de trabajo para pasar más tiempo con él.
Hoy está pensativa, extraña a Fran, hace días que no hablan, hecha de menos su voz, su mirada tímida e intensa, su rostro, y su esculpido cuerpo. Ya no lo veía correr en la cinta cosa que le encanta pues así observaba su exquisito cuerpo sudado.
Se fue al parque donde hablaron por primera vez, donde juntos viajaron a la infancia en aquel columpio.
Se subió en él, cerró los ojos y volvió a aquella tarde, volvió a sentir el viento en su cara, oía las risas, se sentía feliz con sus recuerdos. Estaba melancólica, pero feliz.
No se dio cuenta, pero alguien la había estado observando desde que salió de casa. Raúl había comenzado con su plan.

Mientras tanto, Fran en su casa seguía emocionado con la carta de Clara.
<<Me quiere... el amor de mi vida me quiere...>>un solo pensamiento en la mente de Fran.
Escribió mil cartas, pero no consigue mostrar sus sentimientos sin delatar su identidad. En todas terminaba diciendo cosas que él había vivido junto a ella. Por fin encuentra las palabras idóneas.
Le da los últimos retoques al álbum de fotos de Clara.
- Necesito algo bonito para envolverlo y que parezca un regalo espectacular...
Fran salió de casa en busca de una caja de regalo original.
En ese preciso momento Clara entraba en el bloque y Raúl se escabullía entre los coches.
-Bueno zorrita a ti ya te tengo controlada por hoy… Veremos que es lo que hace el mamón de tu amiguito…
-¡Fran! ¿Dónde te metes?
-Lo siento Clara tengo prisa… Ya hablamos ¿Ok?
-Vale… como quieras…
La voz de Clara sonaba a frustración. Subió la escalera pensando en por qué coño tuvo que ser tan descarada el otro día con él.
-No… ¡No voy a permitir que me apartes de ti!
En ese momento una de las vecinas salía de su casa y se quedó un poco pillada al ver y oír a Clara.
Clara se sonrojó y salió corriendo en la misma dirección en la que se había dirigido Fran.

Lo vio a lo lejos, lo siguió pero sin intención de espiarle, sino con intención de acompañarle y de preguntarle el por qué de su actitud hacia ella.

Fran entró en una tienda especializada en regalos. Raúl lo observaba desde fuera, intentando no ser visto.
-Hola, quisiera una caja para un regalo… especial.
-¿La quiere con alguna temática especial?
-Sí, que tenga algún estampado antiguo y elegante… no sé si me entiende.
-Espere… le voy a sacar algunos modelos.
Fran ojeó algunos papeles para cartas preciosos y eligió algunos.
-¿Qué le parecen estas cajas?
-Umm… Creo que me quedaré con esta… también me llevaré estas hojas.
Escogió una caja con unas rosas pintadas a mano con estilo degradado.
 Cuando Clara llegó a la tienda vio a Raúl, pero él no la vio a ella. 
<< ¿Qué coño hace este aquí?>>  Se dio cuenta de que estaba espiando a Fran, pero… ¿Para qué?
-¡Eh! ¿Qué haces?
Raúl no dijo nada, solo salió corriendo. Estaba muy cambiado, descuidado, no parecía el mismo.
Clara se quedó aturdida, incluso con miedo.
En ese momento Fran salía de la tienda con los papeles para cartas en la mano, y se vio sorprendido por Clara.
Guardó las hojas rápidamente, pero a Clara le había dado tiempo de verlas.
-¿Qué es eso?
-¿El qué? Am esto, no… nada… ¿Qué haces aquí?
-Bueno… Quería pasar un rato contigo, pero andas muy rápido y… ¿Sabes una cosa?
-¿Qué?
-No… nada… bueno en realidad…no estoy muy segura… pero…
-Clara, al grano.
-Creo que Raúl te estaba espiando…
-¿A mí?
-Sí, bueno… no estoy segura de si era él… pero… no sé…
-Paso de él.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Ya la estas haciendo.
-¿Puedo hacerte otra?
-Ya la has hecho…
-Uff ¡Ya vale!
-Venga dí cascarrabias.
-¿Por qué estás tan distante conmigo últimamente?
-He estado haciendo unas cosillas que me tenían ocupado, pero ya está casi terminado.
-¿Qué es?
-Ya lo sabrás.
-¿Es referente a mí?
-Puede…
-Fuuuuu……
-Esta noche lo sabrás.
-¿Y eso?
-He hablado con la madre de Carlitos y se va a quedar a dormir, ¿te apuntas?
-¡Claro!
-OK, Pues prepárate que hay sorpresa.
-¿Cómo? Cuenta, cuenta.
-Nooooooooooooo.
-Jooo dimeeeee…
-La curiosidad mató al gato…
-Pero que mala leche tienes…
Clara le lanzó miradas odio.
-Dejo esto en casa y vamos a recoger a Carlitos al colegio ¿vale?
-OK.
-Espérame aquí ahora vuelvo.
Clara se quedó en la puerta de su bloque, pero mientras estaba sola alguien la asaltó por la espalda.
-Como te des la vuelta te mato.
-¿Qué quieres? No tengo dinero, no me hagas daño.
-No quiero dinero, quiero hundirte, no voy a parar hasta verte destrozada… quiero verte sufrir… Y te advierto que como avises a la policía lo pasarás muchísimo peor.
Le hizo un corte en el brazo y salió corriendo.
Clara quedó paralizada, quería pedir ayuda pero no le salió la voz. La sangre recorría su brazo. Estaba segura de que era Raúl, su respiración se aceleró, y justo cuando Fran salía del bloque Clara se desplomó en el suelo.
-¡Clara! ¡No, no, no!
Estaba inconsciente. Desde pequeña nunca había soportado la sangre.
Fran la tomó en sus brazos y la subió a su piso para curarle la herida.
Una vez desinfectada, curada y vendada la herida intentó despertarla, pero no lo conseguía, estaba seguro de que solo era un simple desmayo.
Mojó un trozo de algodón con alcohol para pasárselo por la nariz y así despertarla, pero antes no pudo evitar hacer algo…
Acercó sus labios a los de ella, sentía su suave aliento, y con la timidez que le caracterizaba, le dio un dulce beso.
Cómo si de un cuento de princesas se tratase Clara reaccionó, pero sin darse cuenta de aquel tímido beso.
-Dios… ¿Qué ha pasado?
-Eso debería de preguntártelo yo ¿no?
-¿Qué hora es? ¡Carlitos! Es tarde, nos está esperando.
-No te preocupes, he llamado a su madre y le ha recogido ella.

Clara intentó incorporarse pero al hacerlo se volvió a marear.

-Tranquila, no hay prisa, quédate aquí tumbada un rato. ¿Qué ha pasado mientras yo no estaba?
-Alguien ha intentado atracarme, pero como no llevaba nada me ha herido.

No quería contarle la verdad, no quería que Fran se viese involucrado en nada.

-Anda toma, no te lo iba a dar hasta esta noche pero me das penita.
Fran le hizo entrega de la caja y Clara la abrió ilusionada.
Sacó el álbum, y se quedó embobada.
-Fran… es precioso, nunca nadie me había regalado nada tan bonito… no sé cómo agradecértelo.
-Bueno, no creo que sea para tanto.
-¡Claro que lo es!
Clara abrazó a Fran con todas sus fuerzas.
-Fran…
-¿Qué?
-Quiero que sepas que eres muy especial para mí, más de lo que piensas…

domingo, 13 de noviembre de 2011

¿AMOR O DESEO? Cap. 9

-Clara, ¿Te importa venir a mi oficina?
-Claro señora, ahora mismo voy, ¿Hay algún problema con la campaña?
-No, es sobre otro asunto.

Clara se dirigió hacia la oficina de Susana, su ex jefa, y actual supervisora.

-Dígame señora, ¿Qué es lo que pasa?
-Verás… hace unos días que recibimos una carta de un anónimo diciéndonos que Raúl se había propasado bastante contigo, y que te acosaba un poco, así que me tomé la libertad de preguntarles a tus compañeros de trabajo que si sabían algo al respecto, y todos coincidieron en que últimamente estaba muy pesado contigo, ¿Es cierto no?
-Sí, lo cierto es que… bueno… yo le seguí un poco el juego al principio, porque pensé que las cosas no iban a terminar de la forma que terminaron… pero luego todo me superó.
-¿Y por qué no me dijiste nada? Quiero que sepas que ante todo en mí tienes una amiga.
-Bueno… no quería mezclar lo personal con lo profesional…
-Bueno, ya tomé decisiones sobre el asunto y lo despedí, no era imprescindible para la empresa y ya había cometido algunas faltas, así que no hay duda de que mi decisión fue correcta.
-Claro señora, si usted cree que es lo mejor así será.
-Am Clara, también quería decirte que tu nuevo puesto de trabajo no requiere que estés aquí, puedes hacerlo desde tu casa y acudir a las reuniones o presentar los proyectos aquí, si lo prefieres claro, creo que así estarás más relajada y podrás trabajar mejor en las campañas de publicidad y tendrás más tiempo libre para ti.
-Me parece perfecto.
-Pues ya te avisaré para la próxima reunión. Hasta entonces. Cuídate y si necesitas algo… ya sabes donde encontrarme.
-Gracias por todo.

Clara salió del despacho de Susana con intención de volver a casa, pero se encontró con su gran amigo Dani.
-¡Amor! ¿Dónde te crees que vas?
-Hola Dani, me iba a casa, mi nuevo trabajo me permite trabajar desde allí.
-¿De verdad?
-Sí, solo tengo que venir a las reuniones y eso…
-¡Dios mío! ¡¡¡¡¡Necesitas vestuario new!!!!!!
-¿Lo crees de verdad?
-Creo que es obvio que hablo completamente EN-SE-RI-OOOO
-¿Tienes algo que hacer ahora?
-Sí, irme de compras contigo.
-OK, ¿Tienes la tarjeta de crédito?
-Sí, y no dudaré en usarla.
-Pues venga, vamos, en mi coche.

Los dos se subieron en el precioso Mini de Clara en busca de las mejores tiendas de la ciudad.

-¿Qué tal te va con tu vecino? ¿Puedo atacar yo?
-jajajajajaja Dani, te vuelvo a repetir que no es gay.
-Me da igual, estoy dispuesto a convertirlo.´
-Ya…
-¿Y tu querido hombre misterioso?
-No sé nada de él, tengo que seguir esperando… le he escrito una carta… espero no espantarlo, daría lo que fuese por saber quién es… tengo tanto que decirle, que preguntarle…
-Y que agradecerle, gracias a él as ascendido no lo olvides… toda la oficina está pendiente de las novedades, eres el centro de los cotilleos.
-Puff, ¿Hablan mucho?
-Un poco…bastante.
-Odio eso…
 
Clara y Dani visitaron muchísimas tiendas y compraron todo lo que se les antojó, pero si hay algo que realmente deje sin respiración a Clara, son los zapatos. Compró unos diez pares de supertacones con superplataformas.

Cuando Clara regresó a casa no sabía donde meter tanta ropa, su vestidor no era lo suficientemente grande para todas sus cosas.
<<Necesito una casa más grande>>
Quizás con su nuevo sueldo, y vendiendo su piso… podría comprarse una casa… pero eso supondría no ver a Fran.

-¿Dónde as estado hoy?
Clara dio un respingo.
-Hola Fran, me has asustado, ¿Qué pasa? ¿Qué me espías o qué?
En ese momento Fran no sabía qué contestar.
-Me, me tengo que ir, lo siento.

Clara se quedó extrañada.


Pasaron los días y Clara no supo nada de Fran, que había estado trabajando en las fotografías.
Era sábado noche, pero Clara se había quedado en casa. Tenía la carta que había escrito a su dulce anónimo, estaba dispuesta a dejarla en el mismo lugar donde él le dejaba sus cartas. Puso la alarma a las 7:45 y se fue a dormir con un enorme deseo de volver a soñar con Fran.

Domingo, 7:45, Clara no había podido soñar con Fran, apenas había podido dormir, estaba cansada. En el salón aun estaban las bolsas de las compras del día anterior.

Se preparó un cremoso capuchino de caramelo y se dispuso a esperar. Su intención no era pillar a su admirador, sino hacerle saber que ella también sentía algo mágico por él.
7:25, Clara abre la puerta, está temblando. Se siente como una adolescente en su primera cita. No se lo piensa dos veces y deja su carta delante de su puerta. Vuelve a entrar en casa, si la ve allí no se acercará.

En ese momento Clara recordó todo lo que esa persona le ha hecho sentir desde el primer momento en que apareció en su vida. Esa sensación de entusiasmo y sorpresa de la primera carta, la ternura del ramo de flores, y la pasión de la segunda carta. Pero… ¿y si no había tercera? ¿Y si ya no vuelve a escribir? ¿Y si nunca consigue saber quién es? Quizás su carta lo cohíba y no vuelva a saber de él.

Fran abrió su puerta con cuidado, había observado que Clara estaba levantada, esta vez su carta iba acompañada de una foto, una foto de unos ojos, unos ojos intensos, seductores. Unos ojos que escondían la timidez de un niño, la pasión de un amante y la confidencialidad de un amigo. Eran unos ojos verdes capaces de atrapar a cualquier persona que los mirase fijamente. Unos ojos verdes ocultos bajo un efecto en blanco y negro, que impedía mostrar toda la belleza de aquellos preciosos ojos verdes.

Fran vio la carta, e hizo un intercambio, corrió a su casa y cerró sin hacer ruido.

Clara no podía más, era ahora o nunca, ¿Qué podría perder? Se dirigió hacia la puerta, dio un gran suspiro, agarró el pomo de la puerta y… la abrió, pero no había nadie, su carta ya no estaba, en su lugar había una preciosa foto y otra carta donde estaba escrito el clásico “Para Mi Dulce Clara”, la cogió y volvió a entrar.

Fran sostenía la carta de Clara, se mordía los labios de nerviosismo. La olió, en ella se podía apreciar una nota del perfume de Clara.

-Para Mi Dulce Anónimo… como me gustaría decirte quien soy amor mío… ojalá…

Fran le dio un puñetazo a la mesa del salón.

-Clara, Clara, Clara… oigo tu nombre por todas partes, no puedo sacarte de mi cabeza… ¿Cambiará algo de esto tu carta?

Se armó de valor y abrió el sobre. Nada mas leer las primeras líneas dos lágrimas de emoción recorrieron las mejillas de Fran. Su corazón se aceleró, y tras terminar de leer la carta una sensación de paz y alegría invadió a Fran.
Se tiró en la cama con la carta entre los brazos, la releyó unas 100 veces, casi se la sabía de memoria, y así, con una sonrisa en los labios y con la carta en sus manos, se quedó dormido.

En el piso de al lado clara observaba esos ojos que tanto le trasmitían. Le resultaba tan familiar esa mirada…
Abrió el sobre y comenzó a leer la carta:
Mi Dulce Clara… tenerte cerca me hace tan feliz. Tengo la sensación de que muy pronto sabrás quien soy, o eso espero. Tengo el deseo de gritarte que me muero por ti, pero tengo miedo a tu reacción, bueno, eso ya lo sabes, ya sabes que soy un puto miedica incapaz de mostrar sus sentimientos…
Creo que en esto influye mucho mi pasado, me hicieron daño, y no se por qué. Bueno, creo que toda persona que es engañada por la persona a la que ama queda tocada para siempre. Nunca, por mucho que pase el tiempo llegas a lograr olvidar lo sucedido, nunca comprendes cuál es el motivo, y lo único lógico que sacas de la situación es que el único culpable eres tú, que no has sabido darle a tu pareja lo que necesitaba, que no sabes ni siquiera querer la  persona que está a tu lado, hasta tal punto que esa persona se va con otro. Ha pasado mucho tiempo, pero el dolor sigue en mi alma, y no quiero perderte, no quiero volver a pasarlo como lo hice entonces. Tú quizás me comprendas, mi princesa, pues sé bien que también has sufrido. Pero quiero dejar atrás el dolor, por difícil y duro que sea. TE AMO, ayúdame a ser feliz a tu lado.
Mi Dulce Clara… vivo por ti.


Clara, al igual que Fran en su momento, estaba emocionada. En sus temblorosas manos sostenía la foto, la miraba con ternura, se la puso en el pecho y la abrazó con fuerza.
-No sufras mi niño, yo te ayudaré a olvidar… no sufras…

Y así, con la foto en el pecho, tumbada en el sofá, Clara se quedó dormida.

Clara y Fran, Fran y Clara, dos enamorados sin saberlo, dormidos pensando el uno en el otro, soñando con encontrarse, con amarse, y con no separarse nunca.


Mientras tanto, en uno de los bares más cutres de la ciudad…
-Ponme otra…
-Señor, son las nueve y media de la mañana y está demasiado bebido, será mejor que pare, llame un taxi y vuelva a su casa.
-¡Te he dicho que me pongas otra! ¡Y no te he preguntado tu opinión!
-Le advierto que es la última que le sirvo…
-Dios… me han despedido por culpa de una puta zorra… pero esto no se va quedar así… a mí nadie me pisotea… ¡Nadie me pisotea!
-Señor, haga el favor de salir del local…
-Yo no me voy a ningún lado… ¡Quiero que todo el mundo sepa como es la zorra de Clara!
-Baje la voz al menos…
-Se va a acordar de mí… ella y el cabrón de su vecino… no saben de lo que soy capaz…


domingo, 6 de noviembre de 2011

¿AMOR O DESEO? Cap. 8

Fran entró en casa de Clara, esperó a que ella se quitase su precioso vestido y se desmaquillara. La contempló así, al natural, tan perfecta y preciosa como siempre.
 
-¿Qué miras?
-A ti ¿O no puedo?
-No es que no puedas, pero es que tienes una cara de bobo… ajajá
-¿Y cómo es una cara de bobo según tú?
- Como la tuya ajajaaj
-¿A que te vuelvo a llevar al parque y te dejo allí sola?
-¿Y si me violan?
-Podré vivir con ese sentimiento de culpa, no te preocupes.
Clara se hizo la sorprendida.
-¿Lo dices en serio?
-Completamente jajajajaja
-No me lo puedo creer…
-Que no boba, si te pasa algo por mi culpa me subo a la azotea y me tiro.
-¿Tanto significo para ti?

 
Clara se dio cuenta de que la pregunta que le había hecho a Fran era demasiado directa, y con su timidez, lo único que iba a conseguir era que se marchara, y no quería eso, quería tenerlo cerca, oler su perfume, perderse en sus hermosos ojos verdes…
Antes de que Fran contestara Clara le cambió rápidamente de tema. Quizás tenía miedo a su respuesta.

 
-Cuentame lo de Ana.
-Paso, prefiero hablar de Dani.
-¿Por algo en especial?
-Bueno… no es fácil para mí contarte esto… pero… me enamoré, sin querer, sin razón, sin motivo, no sé como fue pero me enamoré…
-¡Me encanta esa canción!
-¿Qué canción? Yo aquí, abriéndote mi corazón y tú pensando en canciones… desde luego… no me esperaba esto de ti.

 
Clara arqueó una ceja y se lanzó contra él para hacerle cosquillas, en ese momento hacía lo mismo que Carlitos, guerra de cosquillas para poder meterle mano a Fran.

 
-Serás… jajajajaja ¡Clara para!
-¡No!
-Pues prepárate… 

 
Fran la tumbó en el sofá y se sentó encima de ella, le hizo cosquillas por todas partes. Sus rostros se acercaron hasta tal punto, que, podían respirar el uno del otro. Cuando se dieron cuenta sus labios casi se rozaban. Se quedaron paralizados, mirándose a los ojos. El corazón de Clara se le quería salir del pecho, Fran no sabía ni lo que sentía, un cúmulo se emociones le recorría todo el cuerpo.
Ambos sintieron las mismas ganas de besarse. Se acercaron, tenían intención de besarse… Ding-dong, llaman a la puerta de Clara. Fran se quita de encima de un salto, estaba totalmente colorado de la vergüenza. Clara se levantó y se dirigió a abrir la puerta, era Ana.

 
-¿Qué haces aquí?
-Hombre chica, te vas de tu propia fiesta sin decir nada…
-Apestas a alcohol…
- Solo son las 6 de la mañana… venga… vámonos por ahí.
En ese momento Ana vio a Fran.
-Hola Fran… mejor seguimos la fiesta aquí ¿Vale Clara?
-Ana es tarde, es mejor que vuelvas a casa y duermas hasta las 7 de la tarde.
-Que serios estáis… ¿Interrumpo algo?
Fran se mordió los labios por no hablar. Estaba cabreado por la oportunidad que había perdido.
Pasaban los minutos y nadie hablaba, Ana se quedó dormida en el sofá.
-Clara, yo me voy a casa… no la soporto ni dormida.
-Nooo… bueno no te puedo obligar, y es lógico que te marches, aun no as dormido.
-Eso es lo que tendrías que hacer tú, dormir.
-Hasta luego, que sueñes con los ángeles.
-Con no soñar con Ana me conformo.
-Es buena, de verdad, dale tiempo y verás como te cae bien.
-Adiós.

 
Pasaron las 12, las 2 y las 4 de la tarde, Clara se despertó, buscó a Ana, pero como siempre Ana se había hecho dueña de todo. Estaba en la ventana, miraba como Fran corría en la cinta. No paraba de ponerle ojitos y de insinuarse, pero Fran ni puto caso.
Clara se acercó a Ana y Fran la vio.

 
-Prepárate que salimos- gritó Fran desde su ventana.
Ana dio un salto y se metió en el vestidor de Clara.
-¡Lo sabía! Ese termina en mis brazos como todos, te cojo esto ¿vale?

 
Clara dudaba de que la invitación de Fran fuese para Ana así que se preparó sin decirle nada a Ana. Le vendría bien un escarmiento para aplacar su ego.

 
-Clara… ¿Qué coño te pasa? Desde ayer estas arisca conmigo y  no sé qué es lo que he hecho para que te comportes así.
-Bueno, si prestaras atención a tu alrededor en lugar de a ti misma solamente… quizás sabrías que es lo que me pasa.
-¿Ves? ¿Desde cuando eres tan borde?
-Perdona… pero sabes que me mata tu prepotencia y últimamente… eres… ufff...
-Bueno cuéntame.

 
Clara va a por las cartas y a por el ramo seco, que, incluso sin vida, seguía siendo hermoso.

 
-Mira, alguien me envía caras y regalos cada domingo, pero no sé quien es… y… me encanta, me tiene totalmente colada, necesito saber quien es.
-Tía estás loca, y si es un psicópata o un violador…
-Pero eso no es todo, resulta que… Fran mi vecino…
Llaman a la puerta.
-Hablando del rey de roma… amor luego me sigues contando, tengo cita con tu vecino.
Ana abre la puerta, pero Fran ni la saluda.
-¿Estás lista Clara?
-Sí.
Ana se quedó…¿Cómo decirlo? Sí, jodidamente cabreada y humillada.
-Chaoooo am ¿Te importa darle de comer a los peces? Graciaaaas.
-Que cara se le ha puesto…
-Pobre…jajajaja¿Y dónde me llevas?
-Es una sorpresa.
Ambos se montaron en el coche en busca de un lugar mágico.
-¡Espera! Falta un detalle.
-¿Qué detalle? Me estás dando miedo…
Fran le vendó los ojos a Clara.
-¡Aaaaaaarg!
-¡No te lo quites que te dejo aquí y no hay sorpresa!
-Ofuuuuuuuuu…
-Confía en mí, te gustará.
-¿No estarás intentado secuestrarme y por eso me tapas los ojos?¿Para que no vea donde me llevas?
-Pero que mente tan, tan, tan retorcida tienes…
-Hay muchas curvas, me estoy mareando.
-Aguanta… quejica…
-Oye, que tengo los ojos tapados pero el oído lo tengo perfecto.
Fran le hizo burla.
-No me hagas burla que me entero de todo…
-¿Cómo coño te as dado cuenta?
-¿Am pero me las estabas haciendo de verdad?
-Que noooo… tonta…puff
-As suspirado, eso significa que me las estabas haciendo.
-Y dale… cuando un tonto se agarra a una reja… o la arranca o allí la deja…
-¿Perdona?
-¿Qué?
-Te la estás ganando…
-Ya hemos llegado.
-¡Quítame esto ya!
-No, aun tienes que esperar un poco.

 
Fran había llevado a Clara a un prado, estaba lleno de flores, un lugar perfecto para una sesión de fotos.

 
-Ya puedes salir del coche, pero aun no te quites la venda.
-Ayúdame, que no me quiero chocar al salir del coche.

 
Fran  condujo a Clara al centro del prado, donde tenía todo preparado para una sesión de fotos.
Fran le quitó la venda a Clara.

 
-¿Qué te parece?
-¿Dónde estamos? Es precioso.
-A las afueras, venga, comenzamos.
Fran sacó la cámara.
-¡No me lo puedo creer!
-¡Venga!
Clara posó y posó. Ambos se rieron y bromearon.
-Túmbate.

 
Fran se puso encima de ella para hacerle algunas fotos desde arriba.

 
-Tu sonrisa es espectacular.
-Y a mí tus ojos me vuelven loca.
Fran se quedó boquiabierto.
Un silencio embaucador recorrió todo el prado.
-Yo he tra… tra… traído algo para picar, voy a cogerlo que está en el co… co… coche.

 
Fran estaba alucinado por lo que Clara le había dicho.
Pero Clara se sentía muy confundida. ¿Qué era lo que ella sentía por Fran realmente?
¿Y qué pasaba con su admirador? Ella sentía algo especial por los dos.
Pero… realmente…¿Qué era exactamente lo que sentía por cada uno de ellos?
Empecemos por su Dulce Anónimo, la cautiva con cada palabra, sueña con adivinar su rostro, con oír su voz. Lo que siente por él es puro sentimiento.
Pero lo que siente por Fran es diferente, su timidez le resulta encantadora y su sentido del humor le encanta, pero lo que realmente le gusta de Fran es su físico. Cada vez que le mira a los ojos se siente como si estuviese hipnotizada, y cuando mira su cuerpo… siente como se derrite por dentro, pero la bonita amistad que acababa de unirles hacía que ella no diera el paso para tener algo más que amistad.
Fran regresó con una cesta llena de pasteles y fruta.

 
-¿Algo de picar? ¡Pero si aquí hay para un mes!
-Bueno… no sabía que te apetecería y he traído un poco de todo.
-Háblame de ti, de tu familia.
-Bueno… mi vida no ha sido fácil, desde pequeño he estado en casas de acogida…
-¿Y eso?
-Según me contaron mis padres murieron en un accidente y… yo era demasiada carga para mis tíos así que me llevaron a un orfanato, y de ese a otro, y a otro y de casa en casa, de familia en familia, hasta que cumplí la mayoría de edad y me emancipé.
-¿Y por qué tantos cambios?
-Digamos que no tuve la suerte de caer en manos de buenas familias, todas eran un poco… marginales, que me querían para cobrar las ayudas y nada más.
-Eso es muy duro…
-Si pero prefiero no pensar en esos momentos…
-¿Y el amor?
-Puff… solo he estado con una chica y hace mucho de eso, estuvimos como un año o así, le dí mi primer beso y mi primera vez, y ella me lo pagó liándose con otro, y después de eso, ninguna chica con las que he intentado algo me ha llenado, así que…
-¿Ninguna?
-Bueno, una sí, pero no hay nada entre ella y yo… por desgracia.
-¿Hay? Entonces eso quiere decir que es actual… ¿Puedo saber quién es?
-No, ya te enterarás si todo sale como planeo.

Clara intentaba aparentar serenidad y alegría, pero lo cierto es que aquellas confesiones de Fran le destrozaban el alma.

-¿Y tú? ¿No me cuentas nada de ti?
-Tengo poco que contar… soy de un pueblo pero me mudé a la ciudad por trabajo, en el amor siempre me han puteado, mi familia esta empeñada en que me busque un buen novio, como el marido de mi hermana y yo para que me dejen en paz les he dicho que tengo un novio encantador que me trata como una reina.
-¿Estás engañando a tu familia?
-No la engaño… solo les digo lo que quieren oír.
-Jajajajaja definitivamente no tienes remedio… Mira que atardecer más bonito…
-Sí, es realmente precioso.
-Espera, te voy ha hacer una foto con el atardecer de fondo.
-¿Para qué tantas fotos?
-Para una sorpresa… vámonos, es tarde.

 
Ambos regresaron a casa después de un gran día, Fran ya no se sentía tan avergonzado cuando estaba con Clara, y ella cada vez estaba más segura de que deseaba sentir el roce de su piel.
Cuando Clara llegó a casa Ana ya no estaba.
Se preparó un baño de espuma, relajante, música suave de fondo, velas aromáticas  y un solo pensamiento… Fran.
Pensó en el día que habían pasado juntos, en su declaración y en la reacción de él.

 
-¿Y si te digo que necesito sentirte dentro de mí? Saldrás corriendo… o te morirás de la vergüenza y ya nada será igual…

 
Pasaba y pasaba el tiempo, pero Clara seguía dentro de la bañera. El agua empezaba a enfriarse y sus dedos estaban arrugados. Después de mucho pensarlo salió de la bañera, se puso su albornoz. En ese preciso instante llamaron a la puerta, era tarde, serían las 12 de la noche o así, ¿Quién sería a esa hora?
Clara abrió la puerta, y… allí estaba Fran. La agarró por la cintura y le dio un tímido beso en los labios. Fue un beso suave, pero al mismo tiempo cálido y dulce. Clara le atrajo hasta el sofá, donde fue ella la que lo besó, su beso fue más pasional, más ardiente, con más picardía.

 
-¿Por qué no lo habías hecho antes? No te imaginas cuanto he deseado este momento…
-Ya no aguantaba más, tenía que sentir tus labios…
Al decir eso Fran le acarició el pelo a Clara.
-Ssh  no digas nada más, bésame… bésame como si no hubiese mañana, como si fuese el último día de nuestras vidas… hazme completamente tuya…

Se dirigieron hacia la habitación sin dejar de besarse, Fran le quitó el albornoz a Clara, dejando su cuerpo completamente desnudo, la observó y siguió besándola, sus besos comenzaron a derramarse por su cuello y por el resto de su cuerpo mientras que Clara, al mismo tiempo intentaba desnudar a Fran. Pero en ese preciso momento, justo cuando estaban a punto de hacer el amor… un escalofrío recorrió el cuerpo de Clara…
El agua de la bañera estaba helada y despertó a Clara de su magnífico sueño.
-¿Pero por qué me tiene que pasar esto a mí?

 
Estaba cabreada por descubrir que todo había sido un sueño, pero lo que más le cabreaba era que no lo pudo disfrutar al completo. Pero de lo que no hay ninguna duda es que había sido el mejor sueño que había tenido en toda su vida.

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Soy una chica de 19 años a la que el amor no la ha tratado bien,aunque ahora hay alguien especial en mi vida.
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