Clara estaba desesperada, no sabía el por qué de todo aquello.
Su primer pensamiento fue <<Raúl>>, Fran deseaba abrazarla con todas sus fuerzas. Ella deseaba que ese abrazo de produjese.
- No quiero entrar, tengo miedo…
Dani intentaba hacerle señas para que la abrazase. Por fin se da cuenta y procede a hacerlo.
Sus corazones comenzaron a latir de nuevo como en la habitación del hospital.
Ambos aspiraban sus aromas, de nuevo esa sensación de soledad, de nuevo esas ganas de amarse. Y de nuevo esa absurda timidez y esa estúpida inseguridad que los separa.
<<Dios como me gustaría decirte que no te preocupes por nada mi princesa, que te amo y que siempre estaré aquí para protegerte, para amarte, y para hacerte la mujer más feliz del mundo día a día… pronto mi amor, pronto sabrás todo lo que siento por ti, no volveré a perder al amor de mi vida.>>
- - Clara, quédate aquí con Dani, voy a asegurarme de que no hay nadie.
- - Vale.
Dani la cogió de la mano.
- - ¿En qué piensas? ¿Crees que ha sido…Raúl?
- - ¡¡¡¡No lo digas, no digas su nombre!!!! ¡¡¡¡No quiero oírlo, quiero sacarlo de mi cabeza, de mi vida!!!! ¡¡¡¡Quiero sacarlo de mi mundo para siempre!!!!
Clara se derrumbó. Dani la miraba atónito, esa reacción no era normal.
- - ¿Pero qué pasa? ¿Por qué esos gritos? He mirado y no hay nadie y creo que tampoco se han llevado nada.
- - Es solo que esto me ha puesto muy nerviosa, ¿Verdad Dani?
- - Si…
Dani no entendía nada.
- - Deberías mirar si te falta algo para denunciarlo.
- - Sí, pero no creo que haya que denunciar nada.
- - ¿Cómo? Han forzado tu puerta y te han revuelto todo el piso, ¿y aun así no vas a denunciar?
- - No lo creo conveniente.
- - ¡¡¡¡Tu, tu, tu te estás volviendo majara!!!!
- - Es mi casa, y mi vida.
Lo que a Clara le ocurría era que si era Raúl y lo denunciaba él no se quedaría de brazos cruzados, ya se lo advirtió cuando la atacó, porque cada vez estaba más segura de que era él.
- - Chicos, creo que la fiesta de esta noche debería aplazarse.
- - Solo si denuncias que han asaltado tu casa.
- - Pero si no sé quién ha sido.
- - Da igual, eso no es necesario, pero denuncia esto.
- - Está bien.
- - Así me gusta buena chica, Dani quédate con ella, voy a avisar a un cerrajero para que arregle esto.
Dani y Clara comenzaron a recoger todo. Les dio tiempo antes de que Fran llegara con el cerrajero.
- - Dani, voy a darme un baño, estoy muy cansada, si tardo no te asustes, quiero relajarme.
- - Vale mi peque, yo te voy a robar la Glamour para leer un poco.
- - Son todas tuyas.
Música suave, suena Pablo Alborán, su voz suave le producía una extraña sensación de relajación.
Desconecta. Viaja a un mundo paralelo. Fran, Dani y el cerrajero están en su casa pero ella no, su cuerpo está en aquella bañera, pero su mente está en otro lugar, quién sabe dónde…
- - Me tiene muy preocupado, Dani… ¿No notas nada raro en todo esto?
- - Yo… creo que… lo mismo son suposiciones mías, pero creo que Raúl…
- - ¡¡¡¡¿¿¿Cómo???!!!!
- - Solo es una suposición mía.
- - Pero tenemos que hacer algo, si es él volverá, seguro que vino a buscarla y al no encontrarla hizo todo esto.
- - Seguro que quiere vengarse.
- - ¿De qué?
- - Pues… que a raíz de lo que les pasó alguien comunicó el hecho a la empresa y le despidieron para evitar males mayores.
Fran siente un escalofrío. Fue él quien avisó a la empresa de lo sucedido, y si lo que decía Dani era cierto, él sería el culpable de lo que le había sucedido a Clara.
- - Esto ya está, aquí tiene la factura.
- - Am, bien.
Fran paga al cerrajero y éste se va.
Clara sale del baño, está preciosa incluso con el albornoz. Busca su portátil, lo enciende se va directamente al buscador, teclea rápidamente y con ansia “raxx-doscorazones.blogspot.com” lee los capítulos que llevaba atrasados y rápidamente comenta “Hola cielo, no suelo comentar pero me encanta tu historia. Amar en silencio es duro, pero al mismo tiempo maravilloso. Me identifico mucho con los personajes. Espero que sigas deleitándonos con tus letras. Un beso.”
Vuelve al buscador y teclea “nati-unmundodeverdad.blogspot.com.es” es otra historia que la tiene enganchada, la lee, es preciosa, el amor se respira en el aire, se atreve a comentar “Cielo es preciosa, leo varios blogs y nunca comento pero hoy me he encontrado con ganas de reconocer el esfuerzo de personas como tú, gracias por escribir, no lo dejes nunca. Besos”
- - Clara, ¿estás?
- - Sí dime.
Apaga el portátil.
- - Quiero que sepas que además de vecino soy tu amigo.- << Y espero ser algo más>> pensó.
- - Lo sé, y te lo agradezco.
- - Bueno ahora intenta descansar, yo estaré en mi casa, si necesitas algo llámame por la ventana.
- - Ok, gracias.
La ventana, esa maravillosa ventana mediante la cual la observaba en silencio, a oscuras para no ser visto, donde fantaseaba con mil historias posibles entre Clara y él. Ahora es todo tan distinto, ya no la puede observar tanto porque ella se da cuenta, ahora ella pasa más tiempo en esa ventana. Ahora ella también lo observa a él, ahora ella también fantasea con mil historias que la persiguen hasta en el más profundo de sus sueños.
Finalmente Dani y Fran deciden irse.
- - Fran, ¿puedo hablar contigo?
- - Sí, claro, pasa.
Mientras Fran prepara unos cafés Dani se pasea por el piso fijándose en cada detalle.
- - Bueno, dime.
- - Verás… creo que tienes que hacer algo ya.
- - ¿cómo?
- - Con Clara, lánzate ya, no puedes espera más, ¿Y si el doctorcito se te adelanta? ¿O el de las cartitas?
Fran muestra una sonrisa y Dani inconscientemente se muerde los labios al verlo.
- - ¿crees que no tengo miedo a perderla? Ese maldito doctor…
- - ¿Y el anónimo?
Fran vuelve a sonreír.
- - ¿pero qué tiene tanta gracia?
- - Verás… el anónimo no me preocupa en absoluto.
- - ¿Cómo? Pues debería preocuparte más que el doctorucho ese.
- - Hay algo que no sabes…
- - Pues ya estás tardando.
- - No sé si debo…
- - Sí, si debes, vamos…
- - El anónimo… soy yo…
Dani no reaccionó, parecía una estatua.
- - Dani, di algo, ¡respira al menos!
- - ¿Sabes qué significa eso?
- - No.
- - Fran, Clara se muere por tu físico, pero como eres tan reservado no está lo que se dice “enamorada” de ti, pero de quien sí está enamorada es de el escritor de cartas, de su anónimo… de ti.
- - ¿Cómo estás tan seguro?
- - ¿Hola? Cari yo lo sé todo.
- - ¿Y qué se supone que debo hacer?
- - Decirle la verdad, dile que eres tú el que cada domingo hace que vuele a otro mundo con esas palabras tan maravillosas, dile que no tiene que elegir entre el amor o el deseo porque tú reúnes las dos cosas.
- - ¿Amor o deseo? Tiene gracia…
- - Sí, la tiene porque tú eres las dos cosas y mucho más… y otra cosa te digo… si no te lanzas tú me lanzo yo.
- - ¿Tú?
- - Sí, yo. Puedo sacar tu lado gay en menos que canta un gallo mi vida.
- - Jajajaja ¿Y eso está comprobado?
- - No sería la primera vez que lo hago que lo sepas, el último tío como tú del que me encapriché estuvo conmigo casi 2 años, y no era gay… hasta que llegué yo.
- - ¿Y luego qué pasó?
- - Que se lió con mi ex, pero eso no viene al caso.
- - Vale, vale… pero cómo se lo digo, no tengo ni idea y el miedo me mata.
- - No tienes que tener miedo, solo se tú.
- - Está bien, prometo intentarlo…
- - Bueno por algo se empieza, y ahora me voy para la oficina que está todo un poco liado.
- - ¿Y eso?
- - Jefes nuevos, y están despidiendo a todo Dios, no he querido decirle nada a Clara para no preocuparla, pero la cosa pinta muy mal para todos.
- - Joder.
- - Bueno adiós amor, luego pasaré por aquí.
- - Adiós, y gracias por la terapia.
Fran coge un papel y un lápiz y comienza a escribir una carta.
“Mi Dulce Clara, no pensaba decirte quién soy aun, pero las circunstancias me han empujado a ello.
No puedo soportar ver cómo otros se acercan a ti y cómo algunos te hacen daño, y menos si esos que te hacen daño lo hacen por mi culpa.
No pretendo que desde ya seamos una pareja ni quiero presionarte, solo quiero pedirte que me des la oportunidad de verte ser feliz, de intentar que seas feliz a mi lado, quiero tener la oportunidad de velar tus sueños hasta el amanecer y de ver tu primera sonrisa al despertar.
Tu carta la habré leído unas miles de millones de veces, creo que hasta se han desgastado un poco las letras.
Y sí, creo que hoy he encontrado el valor de decirte que te quiero.
Tu Dulce…
Fran.”
Sí, esta vez sí, estaba decidido, el domingo sería su gran día.
Sábado por la mañana, Clara ha dejado todos los cabos de su plan bien atados, hoy era su cena con Javier. Se encontraba mejor, dormir en su confortable cama era justo lo que necesitaba.
Prepara y elije lo que se va a poner por la noche, aunque ya es primavera aun hace un poco de fresco cuando oscurece. Sin embargo, a la hora de escoger los zapatos se detiene un poco más de tiempo, son su debilidad. Se decide por unos color marfil, quedan preciosos con su vestido coral.
Vuelve a la cama aun necesita dormir un poco más, no ha quedado con la sorpresa de Cris hasta las 6, y son las 12 de la mañana, se levantará a las 2 comerá algo y se dará un largo baño.
En el hospital Cris está nerviosa, ¿A qué se refería Clara? Tiene ganas de llamarla, pero prefiere no hacerlo.
Las horas pasan lentas también para Javier, está deseando ver a Clara, está 100% seguro de que esta noche Clara terminará en sus brazos.
Por fin son las 6, Cris va de un lado a otro de la habitación, los minutos se hacen horas.
- - Cristina, para, me estás poniendo de los nervios.
- - Es que Clara está tardando demasiado…
- - No seas impaciente.
- - ¿Y si se le ha olvidado?
Clara aparece por la puerta de la habitación.
- - ¿Cómo puedes decir eso?
- - ¡¡¡¡¡¡Claaaaar!!!!!!
- - Bueno señora yo me ocupo, ya puede marcharse, mañana a las 2 de la tarde nos vemos.
- - ¿No es demasiado tarde esa hora?
- - No, es perfecta.
- - Bueno, como quieras. ¿Y por qué vienes tan arreglada?
- - Es que vengo de un encuentro con unos amigos, tengo la otra ropa en el coche, luego iré a por ella.
- - Vale, pues me voy.
- - Adiós mamá.
- - Adiós cariño.
Clara se asegura de que la madre de Cris se monta en un taxi y se va.
- - Ahora vuelvo ¿vale?
- - ¿Dónde vas?
- - A por un regalo…
Clara corre por el pasillo, en el servicio hay alguien esperándole, toca la puerta, sale, él también está nervioso, no se lo puede creer.
- - Ve detrás de mi ¿Ok?
- - Vale, espero que todo salga bien.
Clara se adelanta, vuelve a la habitación.
- - ¿Y mi regalo?
- - Lo he olvidado, pero tengo otra sorpresa…
En ese momento el novio de Cris entra en la habitación. Cris se lanza hacia él, se abrazan como si de una película de amor se tratase, ambos se dejan llevar por el sabor de un largo y precioso beso. Lágrimas de emoción, susurros y miradas cómplices. Clara también se emociona, es algo maravilloso, precioso.
- - Pareja, me tengo que ir, mañana vuelvo.
- - Clara, gracias por esto, te lo agradeceré toda la vida.
- - Pequeña, por ti cualquier cosa.
- - No tienes que dármelas. Sed buenos. Chaooo.
Próxima parada, la consulta de Javier. La puerta está abierta.
- - Toc-toc ¿Se puede doctor?
A Javier le faltó babear al verla.
- - Pero… estás… espectacular…
- - ¿Nos vamos?
- - Claro… ¿Te importa que pasemos por mi casa para cambiarme?
- - Por supuesto
Javier llevó a Clara en su coche, así luego tendría escusa para acompañarla a casa.
- - Tardo un minuto, estás en tu casa.
- - No hay prisa y gracias
- - Ahí está el mini-bar, sírvete lo que quieras.
- - Eso me gusta… jijiji
Clara cogió un vaso, hielo y miró las botellas, vodka negro, le encanta, se lo sirve con lima y se sienta en el sofá.
Es una casa enorme, se ve que su sueldo no es nada pequeño, y su gusto no está nada mal.
Javier cruza el salón con una toalla en la cintura.
- - Espero que no te moleste que me haya duchado.
- - No me importa, estoy disfrutando de mi vaso.
- - Ya veo… tardo un minuto.
- - No te preocupes, es temprano, así me tomo otro.
Clara observó como Javier desaparecía al fondo del pasillo. Era evidente que se machacaba en el gimnasio.
- - Un buen bocado si señor…- susurró Clara.
Se preparó otro vodka con lima y volvió al sofá.
Después de esperar un poco por fin Javier había terminado de prepararse, estaba realmente guapo.
- - Se supone que deberías de ser tú el que me esperaras a mí y no al contrario ¿no?
- - Lo siento, invito yo para compensar la espera.
- - Bueeeno vaaale…
Ambos se dirigieron hacia el centro, un paseo antes de cenar vendría muy bien.
- - Me encanta esta calle, hay de todo.
- - Si yo siempre digo que Sierpes es otro mundo maravilloso en el que puedes encontrar cualquier cosa.
- - Me encanta esta tienda…
- - Pues entremos, quiero comprarte algo para que me recuerdes.
- - No es necesario Javier…
- - Sí, sí lo es… dame ese gusto.
- - Si insistes… pero te advierto una cosa, la tienda no es barata, luego no te arrepientas…
- - Jajaja tranquila…
Tras mucho mirar Clara escogió una pulsera de perlas blancas de diferentes tamaños con una pequeña torre Eiffel.
- - Muchas gracias, es preciosa.
- - No tanto como tú…
- - Mentiroso…
- - Vamos a cenar ¿no? Que tengo un hambre…
- - Si, ¿Dónde me vas a llevar?
- - A un pequeño restaurante cerca de la catedral, es precioso, y luego… ¿Qué te parece si damos un paseo por el callejón del agua?
- - Si, ese callejón es precioso, pero nunca lo había visitado de noche.
- - Pues ya verás cómo te gusta.
La noche transcurrió entre risas, bromas, secretos, anécdotas, miradas y alguna que otra caricia que hacía que ambos se pusiesen sonrojados.
Después de la cena vino el paseo por uno de los lugares más hermosos de Sevilla, al menos para mi gusto.
- - Esto es precioso…
- - Sabía que te gustaría, y si volvemos a quedar… puedo enseñarte otros lugares que de día son bonitos, pero de noche son mágicos…
Lo inevitable ocurrió en ese momento, Javier y Clara estaban demasiado cerca el uno del otro, sus labios se unieron encajando como dos piezas de puzle. Tras el beso una sonrisa.
- - ¿Te acompaño a casa?
- - Vale… ya es tarde…
Javier no podía dejar de sonreír, todo estaba saliendo incluso mejor de lo que pensaba.
- - ¿Subes?
- - Si me invitas…
- - Anda sube y nos tomamos la última.
Eran las 2 de la mañana, en condiciones normales Fran la hubiese esperado, pero quería estar descansado para poner todas sus ganas y todo su valor en su gran momento.
Mientras Fran dormía Clara y Javier no se tomaron la última, sino las últimas. Y sí, el plan de Javier culminó con un gran triunfo, consiguió pasar la noche recorriendo los maravillosos rincones del cuerpo de Clara.
Por fin es domingo, esa hora maravillosa en la que suele dejar las cartas en la puerta a Clara, hoy también, pero de una forma especial. Hoy no se la dejará en la puerta, hoy se la entregará en mano.
Está nervioso, se ha mirado al espejo unas 100 veces. Es la hora. Se arma de valor. Sale de casa, camina hasta la otra puerta, llama al timbre, oye pasos, su corazón se acelera, lentamente la puerta comienza a abrirse…